Llevar un control de calidad en la industria alimentaria es vital, siendo una de las más reguladas y controladas del mundo, y no es para menos. Y es que, la OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que casi 1 de cada diez habitantes en el mundo enferman cada año por ingerir alimentos contaminados, y unos 420.000 mueren debido a esta causa. Es por ello que es más que necesario llevar a cabo controles muy estrictos y regulados sobre seguridad y calidad alimentaria.
Qué es el control de calidad de los alimentos y qué importancia tiene
El control de calidad de los alimentos consiste en utilizar diferentes medidas o parámetros tecnológicos, químicos, físicos, microbiológicos, nutricionales o sensoriales para lograr analizar si un alimento está sano y apto para el consumo humano, con el objetivo de proteger al consumidor, tanto del fraude como de su propia salud.
Además de analizar un posible fraude y un mal estado del producto, también se utiliza para garantizar que el mismo tiene las propiedades sensoriales adecuadas; como el sabor, el color, el aroma, la textura, etc. y que su etiqueta refleje claramente las propiedades e ingredientes del mismo alimento.
El control de calidad en la industria alimentaria no solo beneficia al consumidor, sino que también lo hace a las propias empresas. Al haber un control muy estricto y detallado en todas las fases de la cadena de suministro, hace que se reduzcan drásticamente los rechazos, retiros del producto o casos de intoxicaciones. Esto ayuda a las empresas a evitar posibles pérdidas económicas, además de potenciar la reputación de la marca y aumentar su cifra de negocio, así como sus ingresos.

Cómo realizar controles preventivos
A lo largo de este artículo sobre el control de calidad en la industria alimentaria os explicaremos qué normas de calidad deben de cumplir los alimentos para poder ser comercializados y consumidos, pero antes vamos a hablar de los controles de calidad preventivos y cómo realizarlos.
Este tipo de controles de calidad se basan en el análisis de sucesos anteriores a la producción y en el conocimiento común del sector. Para ello es necesario incluir en el proceso de producción medidas proactivas para evitar cualquier anomalía durante las fases de producción. Podemos llevar a cabo una inspección rutinaria de la maquinaria y de las herramientas, para de esta forma cuidar el proceso y que los alimentos no sufran ningún tipo de anomalías.
De igual forma, es necesario aplicar una metodología de control de calidad en la industria alimentaria en cualquier fase de la cadena de producción para poder prevenir los peligros, así como reducirlos e incluso eliminarlos. El procesamiento térmico, la refrigeración o el análisis de los ingredientes, el control de la formulación del producto o el análisis de los productos nos ayudarán a detectar cualquier irregularidad.
Normas de calidad
No existe un único sistema a través del cual analizar y valorar los procesos de calidad en la industria alimentaria. A pesar de ello, los estándares de calidad del sector deben ser siempre los mismos para toda empresa:
Norma ISO 22000
Sistemas de gestión de seguridad alimentaria. Esta norma establece las pautas para mantener la seguridad sanitaria en la cadena de suministro. Estas normas favorecen la comunicación con otros agentes dentro del mismo mercado y así reducir costes.
Norma ISO 22005
Esta norma hace referencia a la trazabilidad en la cadena de alimentos para la alimentación humana y animal. Para cumplir con ella, las empresas deben de conservar la traza de los alimentos, es decir, un registro de los componentes utilizados en el proceso desde la utilización de su materia prima hasta la distribución al consumidor final, garantizando el control de calidad en la industria alimentaria.
British Retail Consortium
Con esta norma se pretende asegurar la calidad y la seguridad alimentaria por parte de los proveedores. Y es que estos también juegan un papel fundamental a la hora de que los alimentos cuenten con todos los estándares de calidad necesarios para el consumo por parte del cliente final.
International Food Standard
Va dirigida a la seguridad de los alimentos, esta norma de origen alemán tiene como objetivo acreditar que la producción de alimentos se lleva a cabo garantizando la inocuidad de los alimentos y la salubridad de los productos comercializados.
Cuando una empresa asociada a la IFS realiza el proceso de análisis de un producto garantiza la seguridad y calidad alimentaria.

Principales riesgos
Hemos hablado de cómo analizar y prevenir los diferentes riesgos que puede haber en torno a un alimento y su empaquetado, pero, ¿Cuáles son esos posibles riesgos?
Riesgos físicos
Este tipo de riesgos son todos aquellos que hacen referencia a la presencia de cualquier material extraño en un alimento procedente de los procesos de elaboración o por contaminación externa.
Estos riesgos pueden producirse por una serie de causas como las malas prácticas en la manipulación, defectos en el procesado o contaminación de la materia prima.
La adulteración de la materia prima también puede referirse a la mezcla de material de calidad con otro de menor, alterando así las propiedades sensoriales y cuantitativas enumeradas anteriormente, pudiendo llegar a perjudicar al consumidor.
Riesgos químicos
El uso de productos químicos en la producción de alimentos puede afectar a la calidad y a la salubridad, ya que puede disfrazar el deterioro de forma drástica, haciendo parecer que las buenas condiciones que aparentan no sean ciertas, y en realidad puedan estar en mal estado y no ser aptas para el consumo y perjudicar gravemente la salud.
Todos los productos químicos, así como los conservantes, colorantes, antioxidantes, etc. tienen a sus espaldas unos controles de calidad muy exigentes y concretos debido a su gran complejidad, deben ser además aprobados por ley.
Además de los pertinentes controles en la fabricación y en la cadena de suministro de los productos químicos, también es necesario poner en marcha un sistema de autocontrol de peligros. Y es que los riesgos químicos también están presentes en los alimentos de forma natural, derivados del metabolismo animal y vegetal.
Riesgos microbiológicos
Los riesgos microbiológicos son los que suponen un mayor peligro para la salud del consumidor. La presencia en los alimentos de bacterias, parásitos. hongos, virus y priones pueden causar infecciones y toxiinfecciones alimentarias. Además, este tipo de riesgos, al contrario que los físicos y químicos, los sistemas de prevención aún no han evolucionado demasiado.
La toxiinfección alimentaria supone el problema de salud más predominante en el mundo contemporáneo. Y es que trae consigo numerosas enfermedades que afectan a millones de personas en todo el mundo, de menor o mayor importancia provocan también la muerte de muchas personas, como por ejemplo la Salmonella, una de las cuatro principales causas de enfermedades diarreicas de todo el mundo.
La implementación de sistemas de autocontrol puede minimizar los riesgos, así como llevar exhaustivos controles de calidad en los alimentos y procesos, pero como hemos citado anteriormente, los sistemas de control de este tipo de riesgos se encuentran en una fase bastante prematura.
Cómo prevenir los posibles riesgos
Los estándares de calidad de la industria alimentaria a veces son difíciles de cumplir y las normas de control de calidad en la industria alimentaria suelen ser muy exigentes, por eso nos ponemos a tu disposición para ayudarte en todo lo que necesites. En SZ Industrial disponemos de un equipo especializado en el área que te ayudará en la certificación BRC e IFS.
Como empresa multidisciplinar, ofrecemos a nuestros clientes servicios que se ajustan a las necesidades de cada proyecto, entre las que destacan las auditorías para control de calidad de los alimentos. Con estas certificaciones podrás cumplir todas las normas establecidas en materia de calidad alimentaria y cumplir así todos tus objetivos empresariales.